jueves, 17 de septiembre de 2009

de Merzouga al Dades

Nos despedimos del Sahara, creo que a veces las máquinas se expresan. Incluso mejor que nosotros por muchas palabras que empleemos.

Como un camello veloz que come carretera.

Las escasas señales de trafico son utilizadas por los camellos para rascarse, eso si, primero quitan el cartel para dejar el mástil al descubierto.


Rissani, de esta ciudad proviene la dinastía que reina en Marruecos.


Ahora me doy cuenta que sobresalía por la derecha un metro!.




¿Nos conocemos, señor?


Esta gasolinera es la última "convencional" antes del desierto. Los operarios nos indican, antes de que lo pidamos, dónde está la toilette y el aire para los neumáticos. Eso es buen trato. Dejamos el distintivo Kosaco para marcar.


Los escasos motoristas que nos encontramos iban perfectemente equipados en sus trail, fliparon un poco con nuestro aspecto un poco despreocupado rodando a pelo. ¡Estos españoles!. Más tarde nos cruzaríamos de nuevo con ellos en Las Gargantas, y aún después, en la carretera "de llorar".


Una jaima con venta de fosiles junto a unos antiguos pozos. Gente muy simpática, buen rollo. Flipan con la armónica que les dejo. Me pide que arranque la sombra para escuchar la música del motor. ¡Qué oído, qué sensibilidad! - pienso. Pero cuando suena la máquina, él estaba esperando escuchar la radio incorporada que le habían enseñado otros motoristas. (Ya decía yo)


Sensacion de LIBERTAD!


Aunque a ojos europeos puedan parecer iguales, las modas de las candoras cambian de región en región. Por aquí se lleva capa negra con una tira de colores cruzando la espalda.





Inmensidad.


Glamour, glamour, glamour.

Consejo Cosmo para rodar por el desierto: No lleves pendientes colgantes.







La verdad daba un poco de miedito adelantarle.


Puertas al campo.

"INTERSTATE CONFIGURATION"


Entrada a Tinghir, pasaremos de largo, lo atravesaremos otro dia para acceder al Todra.


Boumalne du Dades,


Un desprendimiento como éste nos dio un susto en esta misma carretera al dia siguiente.


En el fondo del valle huertas y Kasbas abandonadas (recuerda que estamos en la ruta de las mil)

"Los dedos de mono". Algun geólogo podrá explicarlo.








Alguna piedra daño la llanta de la V, seguramente cerca del desierto. Quitamos la punta cortante y listo.


Y para descansar, nos metemos en una romántica habitación en el Hotel Tamlalte (hotel de las gacelas), con vistas panorámicas sobre la formación rocosa conocida como "los dedos del mono", que en España estaría prohibido. Los dueños nos invitana a meter las motos hasta la cocina en caso de que llueva.

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