jueves, 17 de septiembre de 2009

de Nador a Ketama

Nos despertamos en Nador, donde antes que nadie, nos recibe uno con una bata blanca y un fonendo que va pasando una especie de puntero por el antebrazo de los recién llegados. - Gripe A, explica. Flipo. En la aduana hay un solo tio metido en una garita 2x2 sellando los pasaportes. PERO allí está "el médico", con un aparato de rayos térmicos.

Las etapas: Seloan - SidiDriss - Alhucemas - Izemmourer - Ketama
De nuevo en el Rif, esta vez será un paso fugaz, aunque siempre con la sensación de ser un lugar familiar.
Un antiguo cuartel en Segangane convertido en viviendas, un niño nos observa....
Y de nuevo por la carretera de la costa, Sidi Dris. Paramos para oir el mar, antiguos gritos de guerra, los pajaros, el viento, nuevos sonidos de paz. Me alegro de que todo esté más limpio, se nota muchísimo.

Alhucemas, una ciudad tranquila, comiendo apartados de la vista de la gente en pleno ramadán con vino marroqui, Mohamed VI siempre vigilando. Las obras que ya estaban iniciadas un año antes seguían avanzando asombrosamente, los obreros sin comer ni beber durante el día... Compramos un tubo de plástico para el trasvase de gasolina del depósito de 23 litros al de 10 en previsión.
La carretera hacia el corazón del Rif, que debemos atravesar, es tranquila. De nuevo certificamos que las mejores carreteras no están en los mapas, y últimamente por Marruecos hay muchas nuevas. Todo el mundo estaba encantado con esto. Una autopista va de Alhucemas a Fez sin pasar por Ketama. No la cogemos.
Y enseguida se gana la montaña, las montañas, un paisaje de montañas que no parece acabar. Los que venden al lado de la carretera ofrecen en esta zona higos chumbos. En algunas gasolineras no sólamente hay un tipo de "sin plomo", en otras está el surtidor, pero no hay gasolina.
Y ese aroma...
La llegada a Ketama es triunfal: primera calle a la izquierda, primera a la derecha, las puertas del parking se abren como por arte de magia, nos dan la habitación, me ducho y al salir Hulk ya tiene medicina buena bereber... apenas media hora después de llegar!!!
Por la noche, después de cenar con un tipo con dos móviles y que habla más de cuatro idiomas a la vez, nos acercamos al garito local, que está al lado de una estación de servicio. Curioso el entrar y salir de coches derrapando (es la moda hacerse el gallito) otros siendo empujados, otros casi se chocan (aunque eso no es raro aquí).

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