jueves, 17 de septiembre de 2009

de Ifrane a Merzouga

El turismo atrae a muchos"sultanes" occidentales, para dar cabida a todos ellos, se estan construyendo suntuosos palacios o riads, creo que con un cierto gusto "Las Vegas"
Los bosques de cedros que rodean Ifrane...

... Acaban de repente, se mantienen sitiados por la aridez en algunas cumbres.
Y tiramos Kms para abajo, para encontrarnos con el Atlas, lo atravesaremos por el este para llegar al desierto,
El arreglo provisional de última hora de Iñaki seguía aguantando bien. Ahora el principal objetivo es no perder la "S" de repuesto, la primera no superó el ferry. Añado como refuerzo las últimas gomas que me quedan.
Allí estaban, de lejos son una cordillera que parece no tener fin, el alto Atlas es una formidable muralla natural que nos separa del Sahara.
Cuando empezamos a atravesarlos ganando altura, vimos la enorme llanura que tuvimos que cruzar para llegar hasta allí. Con los prismáticos se ven rebaños de ovejas y cabritas, que allí son más peludas que las de aquí.
Refugio en perfecto estado de conservación y uso.
Altiplano, al fondo un paso para alcanzar otro.
Un colega, valiente.

Por otra llanura.
Caravana de guiris con coches numerados, uno de ellos en 4x4 se picó. Que otro muerda el polvo!
Gargantas del Ziz, hemos pasado por el túnel del legionario, (francés). Aparece el recurrente autobús de turistas justo cuando estábamos cerrando la compra de un camellito de esos de hoja de palmera que venden los de aquí.
Buenas curvas para una custom.
Las Kasbas, estamos en la ruta de las mil.
Y donde hay agua una huerta...
Hay un gran pantano antes de llegar a Er-Rachidia.

Er-Rachidia fue una ciudad militar francesa, cuadriculada y funcional. Sigue así. Debe ser que llegamos justo al toque de diana y las calles estaban infestadas de militares en bici. Curiosa estampa, al menos para mi.
En Erfoud, como en todas partes por aquí, siempre viene alguien en cuanto paras. La verdad no llevábamos muchos regalos para repartir.


Vale, ya estamos en medio del desierto, no hay nadie en kilómetros a la redonda. Primero bebemos agua y luego nos quitamos el casco. Ya no nos lo volveríamos a poner hasta pasado Erfoud, a la vuelta. Los carteles a los lados de la carretera informan sobre la distancia -por pistas, claro- hacia los riads más próximos.

Lo cierto es que lo pasamos muy bien, es muy divertido el desierto!! Aunque com decía Woody Allen sobre la eternidad: al final se hace muy monótono, sobre todo al final!
Por fin Zagora, la puerta del desierto, habíamos recorrido unos 300Km. desde Ifrane. El momento fue emocionante.

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